Miro las nubes, respiro antes de decir algo, mi corazón quiere gritar tantas cosas...
pero prefiero el silencio, ese grito interno, a veces estrepitoso y desconocido.
Prefiero la condena del silencio, pues de alguna vez se levantaran solas las verdades, quizás más piadosas, más vulnerables e incluso más comprendidas, entre la nieve de las dudas el claro invierno hace de las suyas para resolverlas...
Grito por calmar, por calmar el mar...
Grito por volver, volver a conocer la raíz de la duda...
La esperanza, esa palabra que me regala la primavera... comenzare a creerla cuando vuelvas,
cuando las raíces tomen sentido, cuando entienda el vector de las cosas cotidianas,
cuando no sea directo que me persiga una sombra,
¡no más sombras!...
por eso quiero gritar con calma,
y es mi silencio el que se esfuerza por recordarme...
recordarme el sentido de las cosas,
antes que el clamor de los deseos,
grite barbaries que se escapen de mi boca...
antes que lo que me hace prisionera,
libere lo que aun no he sabido responder...
prefiero respirar,
mirar las nubes,
y hacerme la idea que algún día comprenderás...
