martes, 24 de febrero de 2015

No es ni el primer día

Decidí soltar e irme tierna y lentamente de tu lado, para que puedas pensar y sentir en la completa libertad...

Me ha costado... sabes, aun te extraño y no se hasta cuando dejare de hacerlo... me falta tu abrazo, me falta tu beso, me falta tu hola, ¿cómo estás?...

Humildemente me he resignado a las fotografías... miro tus ojos una y otra vez en el papel... me cuesta resignarme a la nada... me cuesta hacerme la idea de ya no poder tocar tus manos, de besar tu frente una vez más...

Las canciones de Pearl Jam me acompañan en el fondo mientras escribo estas lineas... me haces más falta que nunca... y hoy no es ni el primer día... (osea ya pronto se cumplirá el mes en que no estas... pero el primer día en que decidí soltar)

Amar en libertad... para mi humanidad terrenal cuesta aceptar tal divinidad, pero algo es más grande y me hace digerir un bocado gigantesco de pequeños delirios solitarios... ese que me quita las ganas de comer en verdad...

Suena tan simple "esperar sin esperar", suena tan simple como lo imperceptible que es la respiración... pero lo importante que es para vivir...

Muerte, lenta y marchita, siento que dejas tu respiro, que se aleja tu latir, ese que tranquilizaba mi corazón y acallaba mi mente... en ocasos de otoños en medio de un sol... otoño en medio del sol, ¿irónico no?...

Dime... ¿A quién podre retratar con dulzura otra vez?, ¿A quién podre cantarle una nueva canción?... si hasta en los momentos más oscuros, estas tú... Dime... quién más merece esto que esta guardado en mi... como devolver todo a su orden o al caos... la verdad ya no se reconocer...

Quizás la mejor forma de decirte te amo es esta, aunque hasta la propia sangre le cueste recorrer mi cuerpo si el frío y la morfina ahondan en mis días...

Quizás merezco esto... a veces peleo y digo... no quiero seguir aprendiendo... es mucho, muy intenso y la verdad cada percepción nueva es un mundo que me desespera... lo peor y mejor es encontrarse consciente de todo, desde lo que veo, desde lo que extraño, desde el vacío que es más grande que el que guarda mi estomago desganado...

El silencio se volvió mi amigo, las lagrimas compañeras de una noche perdida, el vacío una incomoda salida... El aire se volvió mi tranquilidad, mis suspiros mi forma de emular lo que no siento y de ocultar detrás de mis dientes lo que deseo gritar...

Tal vez me encierre entre cerros para entender y vivir todo... tal vez simplemente, toque la tierra húmeda comprendiendo que sólo yo estoy... ya nada más que yo y la tierra deben estar...

Dios dime... no es este mi primer día...

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